¡Qué difícil es el camino del emprendedor! No es sencillo ni lleno de rosas, es, por el contrario, un camino lleno de desafíos, muchas veces solitario y con más altibajos que montaña rusa.
Ha pasado casi un año desde mi última entrada en este blog, ¿qué ha pasado? ¿Qué evito que siguiera escribiendo aquí? ¿Se acabó la motivación?
Más bien se acabó el dinero y fue necesario aplazar a mi yo emprendedor y crecer a mi yo empleado. Después de todo las deudas no esperan a nadie, la comida es necesaria para el día a día, los servicios básicos deben pagarse.
A veces, para poder seguir, necesitas cambiar un poco el plan original y, eso no te hace menos emprendedor ni un fracasado. Solo es cuestión de prioridades, que es más importante para ti bajo ciertas situaciones, que te puede ayudar a salir adelante, que necesitas para poder seguir.
Yo tuve que tomar una decisión, o seguir aplazando mis deudas y que siguieran creciendo, seguir viviendo con la preocupación constante de si tendría comida todos los días, seguir sintiendo estrés por todo, seguir descuidando mi salud o, hacer algo para remediar la situación.
Para mí la decisión no fue tan sencilla, por un lado, podría seguir peleando por un posible gran proyecto que me sacaría de todos mis problemas o, por otro lado, podría conseguir un empleo que me diera un ingreso seguro.
Elegí ambas, porque no me gusta quedarme con el que hubiera pasado, así que conseguí un empleo que me da un ingreso seguro mes a mes y después del horario de trabajo, seguí tomando reuniones virtuales y dando seguimiento a ese posible gran proyecto.
Al final no obtuve ese proyecto, pero no estaba estresada continuamente por ese proyecto, tuve más claridad durante ese proceso y fui yo, quien al final rechazo ese proyecto. No porque ya tuviera algo seguro, sino porque al final no iba a obtener las ganancias que estaba esperando. Lo más probable es que fuera a terminar peor de como estaba inicialmente.
Y es que, me di cuenta de algunos errores que había cometido al inicio del proceso, por el estrés y las preocupaciones, omití varias cosas que, a la larga, me habrían provocado demasiados problemas.
Ahora me encuentro en un punto donde he podido liquidar algunas deudas, lo que me hace sentir más tranquila, he podido invertir algo de capital para que vaya creciendo sin que yo tenga que preocuparme por hacer algo, tengo lo suficiente para cubrir todos los gastos mensuales.
Justo creo que es momento de empezar a ver si quiero continuar con mi emprendimiento anterior o, si es momento de cambiar a un nuevo emprendimiento. Las opciones están abiertas, pero ahora empezaré desde un punto diferente.
¿Crees que pueda seguir? Yo creo que sí, veamos que se viene para este año, espero darme el tiempo necesario para escribir aquí, tal vez a alguien le ayude, o al menos me podría servir como un desfogue.
En todo caso, ¡que sea un 2024 con grandes experiencias, aprendizajes, aventuras, con todo!
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